
Hegemonía Económica
Desde los inicios de la globalización y la era industrial se ha marcado un crecimiento económico basado en la producción a mayor escala de lo que unos años antes no se podía alcanzar ni imaginar, por ende, la demanda de bienes y servicios ha crecido proporcional al numero de productos que se desarrollan en las grandes y pequeñas industrias repartidas por el mundo.

Se ha establecido un modelo en el cual los países y las empresas necesitan de su colaboración y participación para generar un crecimiento de su capital y la economía del lugar al cual pertenece. El intercambiando de bienes como: mercancía, mano de obra, maquinas, materia prima, entre otras, hace que sea un mercado amplio y lleno de posibilidades donde se pueda tomar parte y generar ganancias.
Esto, en teoría, significa un avance y la equidad económica entre los territorios que existen en el planeta; pero lastimosamente hay una contrariedad entre lo que es y como se usa.




Las fabricas y países con mayor potencial establecen medidas de producción en la cual no se toma conciencia de las repercusiones de no tener que dar para recibir, es decir, una vorágine que arrastra con todo a su paso sin dejar posibilidades de un nuevo ciclo de reproducción en la cual no se pueda seguir beneficiándose y colaborando en conjunto para su existencia.






El establecimiento de un modelo hegemonico trae como consecuencia todos estos factores de desigualdad y de desequilibrio ambiental, donde unos tienen mucho y otros tienen poco; pero los que menos tienen necesitan de los más favorecidos para su subsistencia creando brechas desiguales entre su producción, sus ingresos y sus ecosistemas.
Se establece una hegemonía capitalista en la que sólo se busca el crecimiento propio sin importar lo que pase con los demás y lo demás, creando un amplio margen de desarrollo con respecto al resto de economías que se valen de sus recursos naturales para permanecer en el mercado global.






